La NASA y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por su sigla en inglés) elaboraron un radar portátil con la capacidad de detectar los latidos del corazón y los patrones de respiración de las víctimas atrapadas en grandes pilas de escombros resultantes de un desastre, informó la agencia espacial en un comunicado.
El prototipo, denominado Finder (sigla en inglés de Localizador de Individuos para Respuesta de Desastres y Emergencias) puede localizar gente enterrada a una profundidad de nueve metros de material triturado o escondidos detrás 6 metros de concreto sólido, además de que se puede operar desde una distancia de 30 metros en espacios abiertos.
Tecnología espacial
El aparato se basa en sensores remotos de tecnología de radar que han sido desarrollados por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por su sigla en inglés) en Pasadena, California, para monitorear la ubicación de objetos en el espacio exterior.
“Finder está trayendo tecnología de la NASA que explora otros planetas a los esfuerzos por salvar vidas en el nuestro”, comentó Mason Peck, jefe de Tecnología de la NASA y asesor principal de políticas y programas en ese ámbito.
El Finder funciona mediante la transmisión de señales de radar de microondas en los montones de escombros y el análisis de los patrones de señales que rebotan.
La Red de Espacio Profundo de la NASA utiliza habitualmente esa tecnología de radar para localizar naves. Una onda de luz se envía al vehículo espacial y el tiempo que tarda la señal para volver revela qué tan lejos está.
Esta técnica se utiliza demasiado para investigaciones científicas. Por ejemplo, la Red de Espacio Profundo monitorea la ubicación de la órbita de la misión Cassini, una sonda que orbita alrededor de Saturno para aprender acerca de la estructura interna de ese planeta y sus anillos.
“Este es un buen ejemplo de la colaboración intergubernamental y del beneficio directo que da la experiencia (de la NASA) a la población americana”, abundó Peck.
El prototipo de radar fue probado ayer en el centro de entrenamiento Task Force 1, del DHS, en Lorton, Virginia.
Algunos voluntarios participaron en las demostraciones exitosas que ofreció el dispositivo de localización al esconderse bajo un montón de escombros; sin embargo, el artefacto también será evaluado posteriormente, aunque no detallaron la fecha, por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, con el fin de verificar si se puede utilizar para rescates.
Hecho para salvar
“El objetivo del Finder es ayudar a los servicios de emergencia para rescatar de manera eficiente a las víctimas de los desastres”, comentó por su parte John Price, director del programa de Primera Intervención, del grupo de ciencias y la Dirección de Tecnología del DHS en Washington DC.
“La tecnología tiene el potencial de identificar rápidamente la presencia de las víctimas que viven, permitiendo a los equipos de rescate desplegar con mayor precisión sus recursos”, afirmó.
“La detección de pequeños movimientos de los latidos del corazón y la respiración de la víctima a distancia utiliza el mismo tipo de procesamiento de señales que detectar los pequeños cambios en el movimiento de las naves espaciales, como Cassini, en su órbita alrededor de Saturno”, explicó James Lux, administrador de tareas del Finder en el JPL.
La innovación
Aunque existen varios tipos de radares, en situaciones de desastre la interpretación de las frecuencias que emiten y reciben puede ser particularmente compleja. Los terremotos y tornados producen restos torcidos y rotos, de manera que cualquier señal de radar que rebota de vuelta de esas pilas de escombros es confusa y difícil de descifrar.
La experiencia de JPL en el procesamiento de datos ayudó a este desafío. Los algoritmos avanzados aíslan las pequeñas señales de pecho en movimiento de una persona mediante la filtración de otras señales, tales como las de los árboles en movimiento y los animales.
Una tecnología similar tiene aplicaciones potenciales en las futuras misiones tripuladas de la NASA a hábitats espaciales. Los signos vitales de los astronautas podían ser controlados sin necesidad de cables.
La Red de Espacio Profundo, gestionada por el JPL, es una red internacional de antenas que apoyan las misiones de naves espaciales interplanetarias y observaciones de radioastronomía y radar para la exploración del sistema solar y el universo. La red también apoya las misiones en órbita terrestre selectas.
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